En 1907, el científico inglés Francis Galton sugirió que los perros entraron por primera vez en nuestras vidas cuando nuestros antepasados atraparon cachorros de lobo y los adoptaron como mascota, esta hipótesis se mantuvo durante décadas.
Con independencia del lugar momento, lo que la mayoría de los investigadores cree que ocurrió, según explica Science, fue que los perros dieron el primer paso para domesticarse a sí mismos a cambio de una rica cena.En sus asentamientos, los primeros humanos dejaban a su alrededor una buena cantidad de restos de animales, cadáveres que suponían un foco de atracción para los lobos. Los más audaces se acercaron para alimentarse y seguramente, esto hizo que sobrevivieran más tiempo y tuvieran más crías. Este proceso, generación tras generación, produjo animales del mismo perfil, cada vez más atrevidos y más confiados ante los humanos, hasta que llegó el día que uno de ellos se acerco y comió de la mano de uno de los nuestros.